Es fácil enojarse mucho o enojarse rápido. Explotar por cualquier cosa o ponerse a la defensiva en segundos sin escuchar razones. Yo he tenido parte de esto en mi personalidad, pero esta no debe ser la primera reacción de una persona que sigue a Cristo. Te imaginas si Dios se enojara rápido por cualquier pecado que cometiéramos, ya no habría humanidad.
De la misma forma la ira en los en los seres humanos a veces solo trae problemas. Antes de reaccionar enojados hay que calmarse dejar pasar un rato y luego analizar las cosas, esto evita dolores de cabeza y errores.
Algunas personas creen que ya nacieron con mal temperamento pero ya sea que así nacieron o fue cultura familiar ciertamente cuando se viene a Cristo hay que cambiar. Y es posible hacerlo porque “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Que la paz del señor este contigo y que tengas una vida abundante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario