Muchas veces somos racistas sin darnos cuenta, otras cerramos nuestra mente a cierto tipo de ideas sin ni siquiera escucharlas y en otras ocaciones dejamos que los estereotipos llenen nuestra mente. Nos convertimos en personas de mente cerrada. Probablemente los fariseos y quienes los seguian eran este tipo de personas.
Cuando abrimos nuestra mente crecemos como personas y cuando derribamos estas paredes invisibles podemos mejorar nuestras relaciones con seres amados, nos volvemos mas serviciales menos yo yo y mas el proximo. Somos un poco menos egoistas y nos acercamos mas al ideal de la iglesia primitiva donde la comunidad compartia.
Que Dios llene nestra vida de gozo y abundacia y nos deje ver las paredes invisibles que nos hemos puesto y nos encarcelan.
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