Según La Biblia Jonás estuvo tres días en la ballena, digo el pez. La historia de Jonás es una de las más conocidas historias Bíblicas y esto se debe a que es llamativa para los niños y extraordinaria y difícil de creer para los adultos.
Mi pastor decía que él cree que Dios es el que maneja el universo y no nosotros. Como humanos a veces es difícil entender realmente como Dios opera y como puede cambiar las leyes físicas pero nuestra mente y los conocimientos científicos son muy chicos comparados a Dios, Dios es más grande que nuestra mente y por eso es difícil explicar como algo como Jonás pudo suceder. Los Cristianos le llamamos milagro pero explicarlo a no Cristianos es difícil.
Jonás estaba huyendo e Dios, nosotros también huimos de Dios en muchas ocasiones. Cuando huimos de Dios no necesariamente nos cobijamos en actividades malas. Por ejemplo hay quienes huyen de Dios escondiéndose en el trabajo, otros huyen del trabajo escondiéndose en la familia, huimos de Dios escondiéndonos en la familia, amigos, carreras etc. y aun en la iglesia misma.
Es difícil muchas veces no huir de Dios, sobre todo cuando sentimos que Dios no nos dio lo deseado o nos gusta el llamado. Cuando pasamos por pruebas grandes en la vida nos resentimos con Dios, como cuando muere una persona amada u otras desgracias.
En estos momentos aunque tratamos de mentalmente entenderlo es difícil sentirlo y nos mostramos heridas por nuestra suerte. En la vida siempre tendremos altos y bajos y Cristo siempre estará con nosotros no importa el pez al que entremos.
Personalmente creo que podemos hablar con Dios y sentirnos heridas con Dios y no tenemos que sentirnos culpables por ello. Si hablamos con Dios y le expresamos nuestras dudas como lo hizo Abraham Dios nos guiara. Si huimos de Dios nos podemos meter al pez y mientras estamos allí no hay luz y sentimos que no hay salida. Huir de Dios es imposible pero si entendemos que Dios nos llama sus hijos y es una relación de amor vemos que no hay necesidad de escondernos que si hay pruebas podemos confrontarlas.
Que el amor de Dios te llene este día y siempre y que su luz maravillosa resplandezca sobre tu rostro.