martes, abril 25, 2023

Por qué los cristianos deben cuidar su salud física

 
Como cristianos, estamos llamados a amar y servir a Dios con todo nuestro ser. Una pregunta ¿está incluido nuestro cuerpo físico en el servicio a Dios? Yo creo que si, porque sin cuerpo sano el servicio al Señor y nuestro testimonio pueden verse afectados. Si bien muchas personas se enfocan en la salud espiritual, la salud física es también importante. Cuidar de nuestro cuerpo no solo honra a Dios, sino que también nos permite vivir una vida más satisfactoria y servirle más eficazmente. 




Que es cuidar nuestro cuerpo y salud y lo que no lo es
Cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud significa tomar decisiones intencionales para promover el bienestar físico, mental y emocional. Esto incluye llevar una alimentación equilibrada y nutritiva, hacer suficiente ejercicio, priorizar el sueño y el descanso, controlar el estrés y evitar hábitos nocivos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, evitar hobbies peligrosos. También significa seguir los consejos médicos cuando sea necesario. 



Cuidar nuestra salud no significa obsesionarse con nuestra apariencia o tratar de alcanzar un cierto estándar de belleza, cierto peso, barriga plana, músculos grandes, etc. No significa hacer dietas extremas o rutinas de ejercicio que puedan dañar nuestro cuerpo. Más bien, significa tratar nuestros cuerpos con respeto y cuidado, reconociendo que son un regalo de Dios y una parte importante de nuestro bienestar general.

Ahora te presento algunas razones por las que como cristianos debemos de cuidar de la casa del espíritu Santo que es nuestro cuerpo:

Nuestros cuerpos son un regalo de Dios
La Biblia nos enseña que nuestros cuerpos son un regalo de Dios. En 1 Corintios 6:19-20, dice: "¿No sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que está en vosotros, a quien habéis recibido de Dios? Vosotros no sois vuestros; habéis sido comprados a precio. Honrad, pues, a Dios con vuestros cuerpos.

Cuando descuidamos nuestra salud física, podría ser que estemos desobedeciendo a Dios y también estamos descuidando el regalo que Él nos ha dado. Nuestros cuerpos no están destinados a ser abusados o maltratados; están destinados a ser cuidados y apreciados. A veces tomamos el versículo anterior solo para no pecar, y ese un contexto correcto pero de forma correcta también se le puede aplicar a no abusar del cuerpo comiendo de más, haciendo cosas peligrosas etc.

Nuestros cuerpos son instrumentos para la obra de Dios

Como cristianos, estamos llamados a servir a Dios y compartir su amor con los demás. Para hacer esto de manera efectiva, necesitamos tener cuerpos sanos que sean capaces de llevar a cabo Su obra. Cuando descuidamos nuestra salud física, podemos encontrarnos limitados en lo que podemos hacer por Dios.

Por ejemplo, si estamos constantemente cansados debido a los malos hábitos alimenticios o la falta de ejercicio, es posible que no tengamos la energía para servir a los demás o participar en las oportunidades del ministerio. Por otro lado, si priorizamos nuestra salud física, podemos encontrar que tenemos más energía y vigor para hacer la obra de Dios. Si no gastamos tanto en medico podemos donar más dinero a la obra o hacer caridad.  



Nuestros cuerpos impactan nuestra vida espiritual

Si bien la salud física no es el único factor que afecta nuestra vida espiritual, ciertamente es importante. Cuando descuidamos nuestra salud física, podemos encontrarnos luchando con cosas como ansiedad, depresión y baja autoestima. Estos problemas pueden hacer que sea difícil enfocarnos en nuestra relación con Dios y escuchar Su voz.

Por otro lado, cuando cuidamos de nuestro cuerpo, podemos encontrar que nuestra vida espiritual mejora. Es posible que nos sintamos con más energía y enfoque, lo que facilita la oración, la lectura de la Biblia y el servicio a los demás.

Nuestros cuerpos están conectados con nuestro bienestar emocional
Nuestros cuerpos y nuestras emociones están estrechamente conectados, y cuidar uno puede afectar al otro. Por ejemplo, se ha demostrado que el ejercicio regular reduce los síntomas de depresión y ansiedad. Del mismo modo, seguir una alimentación saludable puede mejorar nuestro estado de ánimo y reducir la sensación de estrés.

Como cristianos, estamos llamados a tener gozo y paz en nuestras vidas. Al cuidar nuestro cuerpo, podemos promover el bienestar emocional y experimentar más la vida abundante que prometió Jesús.




Nuestros cuerpos impactan a otros
Como cristianos, estamos llamados a amar y servir a los demás. Cuando descuidamos nuestra salud física, podemos dañar involuntariamente a quienes nos rodean. Por ejemplo, si estamos constantemente enfermos debido a un sistema inmunológico débil, podemos contagiar la enfermedad a otros. De manera similar, si tenemos problemas de peso y no estamos saludables, es posible que tengamos dificultades para mantenernos al día con nuestros hijos o nietos, lo que dificulta la participación en actividades familiares. 


Nota importante: No estoy hablando de nadie que tenga unas libras o kilos extra eso es normal, pero lo que no es normal es no escuchar si el medico nos dice que tenemos que dejar de subir para volver a la salud, o si tenemos que tomar menos café, menos azúcar o tomar más agua o movernos más, evitar pantallas para proteger los ojos etc. Lo que no es normal es no cuidar nuestra salud. Se puede ser saludable sin ser delgado y a veces no somos delgados por problemas de salud no porque comemos muchos. El peso es un tema complejo y no es el objetivo de este artículo, lo aclaro porque sé que es un tema sensitivo.  


 
Inspirando a otros
Cuando priorizamos nuestra salud física como cristianos, podemos inspirar a otros a venir a Jesús. Nuestros hábitos saludables y actitudes positivas hacia nuestro cuerpo pueden ser un testimonio para quienes nos rodean. Cuando las personas ven que valoramos nuestro cuerpo y lo cuidamos, pueden sentir curiosidad por saber qué nos motiva. Entonces podemos compartir con ellos nuestra fe en Dios y cómo nos ha inspirado a cuidar de nosotros mismos. Al ser un ejemplo positivo y compartir nuestra fe con los demás, podemos ayudarlos a acercarse a Jesús e inspirarlos a vivir vidas más saludables y satisfactorias.

La meta
Nuestra meta u objetivo al cuidar nuestro cuerpo no es participar en el Miss Universo, ni vernos como la fulana o la vecina o quien sea, es honrar a Dios. La meta es mantener nuestra salud, nuestra energía, nuestra claridad mental, para honrar a Dios. 


El cuidar nuestro cuerpo es algo de sentido común, no hay que gastar más de lo que ya gastamos en comida, no hay que seguir dietas rigurosas ni nada por el estilo. Si crees que necesitas ayuda con esto, pídele a Dios sabiduría, que te muestre lo que tienes que hacer y que te muestre en que podrías estar errando y dañando tu salud. Si te falta fuerza de voluntad pídele a Jesús y también puedes hablar con tus consejeros en la iglesia y buscar información en línea. Dios es quien te abrirá camino de una forma y otra.  Que el fundador del universo, creador de todo lo que existe, nuestro Dios, Jesús nuestro salvador te llenen de su amor y sabiduría.  


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